Las frases para ligar siempre han sido un misterio para mí, quizá por eso he tenido tan poco éxito. En cuanto una chica me interesa, mi mente se bloquea y sólo me salen estupideces o cosas sin interés. Por eso siempre me han fascinado esas personas con facilidad de palabra, que parece que aumente de manera exponencial con el atractivo de la chica con la que hablan. Y yo siempre me pregunto lo mismo: ¿qué les dicen que les hace tanta gracia a las chicas?, ¿cómo inician la conversación? Me dicen que nada especial, lo primero que se les ocurre. Pero no me lo creo. Voy a comentar dos de esas frases con las que algunos tienen el éxito asegurado. Son auténticas cumbres del ingenio y del lenguaje.
-Frase 1: Pongamos, por ejemplo, que estás en un bar/discoteca/lugar en el que gente desconocida empieza a hablar entre sí sin que quede raro, y encuentras a una chica/o que te guste. Los atrevidos, en ese momento, se lanzan sobre la presa. Y claro, en un momento u otro (a no ser que estemos hablando de una película) se presentan. Y he aquí el momento en el que lanza la frase, cuando te juegas el todo por el todo, el polvo por la noche o un nuevo solitario: “Me llamo Ramón (por ejemplo). Acuérdate de este nombre, porque dentro de dos horas lo estarás gritando de placer.”
La pregunta que una persona tímida como yo se hace es: ¿quién puede ser tan presumido como para presentarse así? Pues sólo los muy presumidos o los muy seguros de sí mismos, aquellos que cimentan su seguridad en la certeza, comprobada, de que, efectivamente, lo van a gritar de placer.
Me surge a continuación otra pregunta, ¿puede tener éxito una frase así? Yo pensaba que no, pero a una amiga le hizo gracia, y me dijo que si un chico se lo dijera, ella le haría caso. Mis ideas cambiaron. Y ahora que lo pienso, si se me presentara alguien así, ¿no tendría yo interés en esa persona tan presumida y que tanto promete?
-Frase 2: Esta me la dijo el otro día María, sacada de una guía para ligar de una revista para quinceañeras salidas (cierto, el adjetivo sobraba). Auténtica cima del descaro, es directa y prometedora para todos aquellos que carecen de problemas con las primeras citas.
La situación es similar. Lugar de esparcimiento público en el que se espera que absolutos desconocidos se presenten y se pongan a hablar entre sí para acabar haciendo cosas que jamás harían con sus familiares. Y es entonces cuando se acercan y uno dice: “No tengo pelos en la boca porque tú no quieres”.
Directo como un derechazo de Tyson, es toda una declaración de guerra, una demostración de que estás dispuesto, en la primera noche, a todo, desde un simple misionero a un trío con shemale incluida dándote por donde nada debería entrar.
Habrá quién diga que es zafio, grosero, pueril y decadente. Y seguramente tienen razón… Pero que te lo digan a las cinco de la mañana después de un año sin mojar y entonces ya veremos…
-Frase 1: Pongamos, por ejemplo, que estás en un bar/discoteca/lugar en el que gente desconocida empieza a hablar entre sí sin que quede raro, y encuentras a una chica/o que te guste. Los atrevidos, en ese momento, se lanzan sobre la presa. Y claro, en un momento u otro (a no ser que estemos hablando de una película) se presentan. Y he aquí el momento en el que lanza la frase, cuando te juegas el todo por el todo, el polvo por la noche o un nuevo solitario: “Me llamo Ramón (por ejemplo). Acuérdate de este nombre, porque dentro de dos horas lo estarás gritando de placer.”
La pregunta que una persona tímida como yo se hace es: ¿quién puede ser tan presumido como para presentarse así? Pues sólo los muy presumidos o los muy seguros de sí mismos, aquellos que cimentan su seguridad en la certeza, comprobada, de que, efectivamente, lo van a gritar de placer.
Me surge a continuación otra pregunta, ¿puede tener éxito una frase así? Yo pensaba que no, pero a una amiga le hizo gracia, y me dijo que si un chico se lo dijera, ella le haría caso. Mis ideas cambiaron. Y ahora que lo pienso, si se me presentara alguien así, ¿no tendría yo interés en esa persona tan presumida y que tanto promete?
-Frase 2: Esta me la dijo el otro día María, sacada de una guía para ligar de una revista para quinceañeras salidas (cierto, el adjetivo sobraba). Auténtica cima del descaro, es directa y prometedora para todos aquellos que carecen de problemas con las primeras citas.
La situación es similar. Lugar de esparcimiento público en el que se espera que absolutos desconocidos se presenten y se pongan a hablar entre sí para acabar haciendo cosas que jamás harían con sus familiares. Y es entonces cuando se acercan y uno dice: “No tengo pelos en la boca porque tú no quieres”.
Directo como un derechazo de Tyson, es toda una declaración de guerra, una demostración de que estás dispuesto, en la primera noche, a todo, desde un simple misionero a un trío con shemale incluida dándote por donde nada debería entrar.
Habrá quién diga que es zafio, grosero, pueril y decadente. Y seguramente tienen razón… Pero que te lo digan a las cinco de la mañana después de un año sin mojar y entonces ya veremos…
1 comentario:
Jajaja, pues parecen los típicos piropos de obrero... De hecho, me suena haberlos leído por ahí alguna vez... Supongo que habrá gustos para todo, pero si alguien me dice algo así lo minímo que me apetecería darle es un derechazo... ;P
P.D. Sigo a la búsqueda del lacito perdido, pero no me cogieron el teléfono en Pastisoria...
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