jueves, 1 de julio de 2010

Un nuevo Mundial II

Queda ya poco para que se conozcan todas las selecciones clasificadas para octavos. No estará Italia, la vigente campeona, que acaba de caer ante Eslovaquia hace unos pocos minutos.
Exceptuando este detalle (muy italiano por otra parte, ya que algo parecido lo he visto en el 96, en el 98, en 2002 y en 2008) todo lo demás entra dentro de lo previsible. Alemania, Argentina y Brasil ya están en octavos (este último quizá no matemáticamente, pero eso es lo de menos, porque el caso es que estará, seguro). Nada nuevo, nunca he visto caer a estas tres selecciones en primera ronda de ninguna competición. Nunca.
España, la vigente campeona de Europa, ha dado síntomas claros de cansancio. Eso, en un Mundial, es garantía de volverse a casa antes de tiempo, cosa que ya adelanto que ocurrirá, espero que no el viernes ante Chile, pero ocurrirá. Exceptuando precisamente a los italianos es muy raro que una selección vaya de menos a más en un Mundial.
Y los demás, pues la verdad es que parece que estarán todos: viejos rockeros como Uruguay o Inglaterra van a estar (lo cual es bueno para el fútbol), equipos que suelen saber jugar a este deporte como Holanda o Méjico, etc.
Pero hablemos del campeón. Al principio del mundial aposté por Alemania. Cuando se habla del campeón del Mundial suelo pensar muy vehementemente que la gente no sabe de qué habla, cualquier equipo ha sido considerado como favorito en algún momento de la competición, y sólo llevamos dos semanas.
Desde que el Mundial existe, una de las dos plazas de la final la ocupa una de estas cuatro selecciones: Alemania, Italia, Argentina y Brasil. Todas las finales han tenido a uno de los cuatro. Y bastantes (sobre todo en los últimos Mundiales) han tenido a dos de ellos.
Llegar a la final de un Mundial conlleva una enorme presión. Si encima te la juegas con Brasil es como empezar el partido perdiendo uno a cero.
Y, sin embargo, la gente da como favoritas a selecciones que no han ganado nada en toda su vida. ¿España? España lo más a lo que ha llegado es una vez a las semifinales en el año 50. Y no presenta un equipo espectacular. Al menos, no tan espectacular como la Holanda del 90, por poner un ejemplo. Esa Holanda llegaba como campeona de Europa con un bloque plagado de estrellas. Van Basten (3 balones de oro), Rikjaard y Gullit (otro balón de oro que yo recuerde) eran unos jugadorazos. Pero es que encima ahí jugaba la mitad del PSV que ganó la copa de Europa del 88. Un porterazo como Van Breukelen, un defensa como Koeman, etc. Esa Holanda ganó la Eurocopa de Alemania en el 88 arrasando en su camino, entre otras, a una Alemania que dos años después se proclamaría campeona del mundo.
La razón de que Alemania no haga nada en su Eurocopa pero dos años después gane el Mundial es muy sencilla. Hay algo, que no sé qué es, que comparten las cuatro selecciones que he dicho antes. Argentina y Brasil, además, añaden mucho fútbol. Será un gen, o será un cromosoma escondido. No lo sé, pero tienen algo. Sólo con ese algo, Italia ha ganado cuatro mundiales y Alemania tres. Y eso, con un fútbol no demasiado brillante.
Y hay algo fundamental cuando se habla de Alemania. Pones a 11 tíos que no juegan demasiado bien al fútbol y que en sus clubes no son ni mucho menos estrellas y pensarás que no tienen nada que hacer, incluso es posible que alguna selección que se supone que la toca muy bien y tiene a un par de jugadorazos se burle de ellos. Pero ponles a esos 11 tíos la camiseta de Alemania. A los rivales se les borrará la sonrisa burlona y esos 11 tíos saldrán a morir al campo.
Pretender que el favorito tiene que ser el que “mejor juega al fútbol” es, como mínimo, no conocer a Alemania. Sólo una vez Alemania jugó bien al fútbol. Con eso ganó la Eurocopa del 72. Y jugaban realmente bien, la verdad. Tan bien como cuando en el 70 Italia les eliminó en unas semifinales que ofrecieron al mundo la mejor prórroga en un Mundial de la historia.
Cuatro años más tarde, en el 74, y tras ver jugar a la Holanda de Cruyff y caer contra la RDA en primera fase, debieron de pensar que las florituras las iban a dejar en el vestuario. Quizá pensaran que en el año 54 unos compatriotas suyos jugaron y ganaron la final a la Hungría de Puskas, Kocsis y Kubala por 3 a 2. La misma Hungría que unos días antes, en la fase de grupos del Mundial, les había metido 8 a 1. Seguramente nadie apostó por ellos. El problema es que Alemania no tiene fútbol, pero tiene algo. Y ese algo no sirve para jugar bien al fútbol, pero sirve para ganar Mundiales.

“El fútbol es un juego en el que juegan 11 contra 11 y en el que siempre gana Alemania”.

Gary Lineker, tras ver como en 18 años gloriosos, Alemania jugó 7 finales de Eurocopas y Mundiales, ganando 4 de ellas, 2 de Mundiales y de Eurocopas.

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