miércoles, 25 de mayo de 2011

Debates estúpidos

En los últimos años los debates que más portadas, más inicios de telediarios y más tertulias han copado en España han sido, entre otros: ampliar el aborto voluntario a 14 semanas, la aprobación del nuevo estatuto de Cataluña y la consiguiente resolución que tomó en su momento el Tribunal Constitucional, el traslado de ciertos documentos del archivo de Salamanca a Barcelona (haciendo el camino inverso que hicieron tras la guerra civil), exhumar cuerpos de muertos en la misma guerra, la ley del tabaco y alguno más que seguramente me deje en el tintero.

Todos ellos tienes dos puntos muy claros en común: uno, dividen a la gente (lo cual luego provoca manifestaciones cada dos semanas); y dos, son auténticas estupideces.

No me entra en la cabeza que para una persona con dos dedos de frente la razón de su felicidad o infelicidad radique en las decisiones sobre estos temas. Yo también tengo mi opinión sobre todos ellos, y no es precisamente muy negociable, porque lo tengo clarísimo. Pero me pregunto ¿va a mejorar mi vida lo que ocurra al respecto?

El problema no radica en darle importancia a estos asuntos. Es más, ni siquiera radica en darles más importancia que a los asuntos realmente importantes, en España los relacionados con la lucha contra el terrorismo, la economía, la sanidad y el trabajo (entendido como conseguir que todo el mundo tenga un trabajo). Cuando a uno le va bien en el trabajo, está bien de salud, sus amigos y familiares le quieren y apoyan y no tiene nada de qué preocuparse, de qué se va a preocupar, pues de cómo va su equipo de fútbol. No obstante, una cosa es dirigir una casa y otra dirigir un país, pero bueno, puedo llegar a entender que los un país como Alemania tuviera preocupaciones distintas a las de España, ya que su situación no tiene nada que ver con la nuestra (aunque de hecho no sea así, los alemanes siguen preocupándose por cómo mejorar su país como se puede desprender del último discurso de Angela Merkel).

El problema radica en lo que es prioritario para los españoles. ¿En qué momento pasó a ser más importante la resolución del Tribunal Constitucional que el paro? Porque esa sentencia es de julio pasado, es decir, menos de un año (curiosamente mismo mes de la ley del aborto). La ley del tabaco es de hace 5 meses. En julio del año pasado el paro era de 4 millones de personas. Quizá es que yo soy tonto, pero 4 millones me parece una cifra más que razonable para limitar los esfuerzos y el dinero empleado en temas que no dan de comer. Pero nadie decía nada.

Y de repente llegan las elecciones y la gente se ha hartado y se reúne a hacer reivindicaciones en la puerta del Sol de Madrid. Y hay gente que les apoya, como no puede ser de otro modo, dado que la situación es dantesca. Que la cercanía de las elecciones ha tenido que ver en mi opinión es lógico, al fin y al cabo es el momento en que se puede cambiar algo en un solo día.

Pero me resulta curioso. Es decir, son elecciones municipales y autonómicas, no generales. Las peticiones que hacen son muy lógicas, pero ninguna de ellas competencia de los gobiernos autonómicos (no digamos de los ayuntamientos). Entonces, tras el domingo ¿qué van a hacer? Seguir así un año más no creo. Entonces, ¿por qué se manifiestan, sólo porque están hartos? Pues hay que tener los huevos cuadrados si se han hartado a los 5 millones de parados pero no a los 4.

Ah, por cierto, una opinión personal sobre una de las peticiones. Papeles libres para todos. Otro debate estúpido a añadir a los del principio. Si das papeles libres para todos me gustaría saber de qué modo va a calcular el gobierno, el número de plazas de ginecología que va a sacar en el año 2014, por poner un ejemplo. Porque yo puedo saber más o menos cuántos niños nacerán en España si tengo un control de la gente que hay, pero si no lo tengo, complicado. Dirigir un campamento no es dirigir un país. Aunque esto ya es lo menos parecido a un país.

No hay comentarios: