jueves, 4 de septiembre de 2008

El amo del asfalto


Aquí estoy, convertido en el terror de la carretera, sobre una pedazo “¡Magma!”, como dijo Checho nada más verla. Yo, que de motos apenas sé que no tienen techo, me lo creí. La verdad es que la moto molaba, parecía (para un absoluto desconocedor como yo) que lleváramos una Harley un poco más pequeña.
Sí, molar molaba mucho la moto, pero lo que es tirar, poquito la verdad. En las cuestas parecía que lleváramos una Vespino gripada, apenas subía aquello. Y encima casi nos caemos con la moto. Joder con el sobrino del Ángel del Infierno, no vuelvas a coger motos en tu vida.
Al menos, me quedo una foto como si fuera un motorista de esos que causan sensación por donde pasan.