martes, 15 de julio de 2008

Mi lugar en el mundo


«Caaaarpe... Caaaarpe... Caarpe diiem... Aprovechad el momento chicos... Haced que vuestra vida sea extraordinaria.» Con estas palabras introducía a la vida el personaje de Robin Williams a los chicos de la Academia Wellton en El club de los poetas muertos. Les animaba, con trágicas consecuencias finales, a perseguir sus sueños, a hacer que sus vidas fueran aquello con lo que han soñado y no permitir que el mundo les dijera que no es posible, que así no se vive.
¿Cúantas veces he soñado con hacer esto o aquello? He querido ser escritor, estrella de fútbol, rey conquistador, explorador de mundos ignotos, salir con la chica con la que he soñado despierto tantos días, y tantas otras cosas más que habría de vivir una y mil vidas para hacerlas realidad. Sin embargo, mis sueños se han ido evaporando uno tras otro, como si de una procesión interminable se tratara. No dejo de tener la sensación de tiempo perdido, de arena que se escurre entre mis dedos sin poder yo evitarlo.
Y así me encuentro hoy en día, con una vida cómoda, encarrilada en muchos aspectos y nebulosa en otros tantos. Disfruto de una caña con amigos en una terraza, de una cena improvisada hecha con los restos de la comida, de una tranquila sesión de cine un domingo por la tarde. Pero no, no es con lo que he soñado tantas veces, lo que quería ser y lo que quería hacer. Quería algo más, no ser una de esas personas «que pasan de largo al ver la entrada de una cueva» sino de «las que encienden una linterna». Desgraciadamente tengo la amarga sensación de que no lo soy. Como tantos otros, al final sigo el camino preestablecido, el que otras personas que ni tan siquiera conozco decidieron que era el correcto, el que debe seguir cualquier persona seria y responsable. Y así he olvidado mis sueños y mis ilusiones, lo que me dio fuerzas en unos años difíciles e ingenuos
Me encuentro en un momento de vacío y escepticismo ante la vida y las ilusiones. Cuando he creído tener la felicidad que buscaba se ha ido con asombrosa rapidez, descubriendo lo frágil que son las cosas en este mundo, y ahora me pregunto cual debe ser mi próximo paso en la vida. También descubro con asombro que tengo una condescente seguridad y sabiduría fruto de mis más numerosas dudas e incertidumbres. Sí, las cosas pueden ser mucho más sencillas de lo que pensaba, pero también más complicadas de lo que había imaginado. Es todo tan sencillo como que después de “a” se dice “b”, pero cuando ya estás confiado no sabes si tras “c” es “ch” o “d”.
¿Qué es lo que quiero hacer? ¿Dejarlo todo atrás y dedicarme a viajar, como me pide el cuerpo desde hace un tiempo? ¿O buscar la felicidad de los pequeños placeres cotidianos? Lo que sea, pero que mi vida sea extraordinaria, al menos para mí.

«El día de hoy no se volverá a repetir. Vive intensamente cada instante. Lo que no significa alocadamente, sino mimando cada situación, escuchando a cada compañero, intentando realizar cada sueño positivo, buscando el éxito del otro, examinándote de la asignatura fundamental: el Amor. Para que un día no lamentes haber malgastado egoístamente tu capacidad de amar y dar vida...»

1 comentario:

ROSA ALIAGA dijo...

si hay ganas siempre se encuentra algo...
Besos y sonrisas